Cuando empezó 2017, Europa estaba rodeada. Sus enemigos, detractores y rivales apretaban de una manera u otra por los cuatro costados. La Rusia de Putin, la retórica a favor de la ruptura (fuera la OTAN o el Brexit) de Trump. Los yihadistas. Las fronteras cerradas. Los populistas. Elecciones en Francia, Alemania, Holanda con negras perspectivas. Mirara donde se mirara, riesgos para la supervivencia de la Unión. El 2018 que arranca ahora es todo lo contrario. Europa ha superado, a veces por los pelos y a veces con nota, las citas con las urnas, tras haber perdido sistemáticamente todos los referéndum importantes desde 2015. Europa ha encontrado a Emmanuel Macron, orgulloso de la bandera azul y las estrellas y dispuesto a defender con el corazón y no sólo con el cerebro y la cartera un proyecto ilusionante. La economía está en su mejor momento en una década. El calendario, tranquilo. Y por si fuera poco, Angela Merkel ha sellado por fin un ansiado pacto para formar Gobierno, devolviendo a Alemania al centro del tablero tras casi un año de impasse. Y además, con el mejor socio que Bruselas hubiera podido diseñar: Martin Schulz, empeñado en una reforma de los cimientos, una apuesta de verdad por el cambio en las instituciones, los valores y sobre todo la arquitectura económica.
En el 2018 Europa tiene un reto formidable, pero esta vez es diferente: debe salvarse de sí misma, de la complacencia, de los debates internos. Debe reconstruir todos los puentes que la crisis griega, la de refugiados, la del Brexit, la de las fronteras han quemado. Debe sanar la fractura entre el este y el oeste que se ha acentuado en los últimos meses. Los próximos 18 meses son claves para que la próxima legislatura (el Parlamento acaba de proponer del 23 al 26 de marzo la fecha para las elecciones europeas de 2019 y se está viendo si establecer listas transnacionales y qué hacer con los escaños británicos) sea la que cambie y vea cambiar a la UE, adaptándola para el siglo XXI. Superada la fase de la depresión, la de la recuperación y la fantasía de la refundación, es momento de la reconstrucción.
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