La llegada de socilitantes de asilo a la UE en 2015, que sobrepasó el millón de personas que huían de conflictos o de la persecución, dejó claro que el reglamento de Dublín no responde a las necesidades actuales.
«Deberíamos tener un sistema que funcione con independencia de si el flujo de llegada de personas es mayor o menor, para no tener que implementar medidas de urgencia”, señaló en una entrevista -previa al voto de la comisión parlamentaria de Libertades Civiles del 19 de octubre de 2017- la eurodiputada demócrata liberal sueca Cecilia Wikström, encargada de esta negociación en el Parlamento Europeo.
Wikström destaca en su informe que existen tres prioridades clave de la reforma:
• Que los países de la UE compartan la responsabilidad frente a los solicitantes de asilo.
• Que los Estados miembros con fronteras externas, que son el punto de entrada en la UE, registren a todas las personas que lleguen a su territorio, así como que protejan y mantengan las fronteras exteriores de la Unión.
• Que las personas que necesitan protección internacional puedan recibirla mucho más rápido y que aquellas que no tienen derecho a recibir asilo sean devueltas a sus países de origen de manera rápida y digna.
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