Critican la “cobardía” de la jerarquía de la Iglesia vasca ante ETA

Critican la “cobardía” de la jerarquía de la Iglesia vasca ante ETA

Las cofundadoras de Gesto por la Paz, Maite Fuertes, y de Libertad Ya, Pilar Aramburo, han censurado la “cobardía” de la mayoría de la jerarquía de la iglesia vasca ante ETA y el “daño horroroso” que la “iglesia nacionalista” está haciendo en Euskadi y en Cataluña, respectivamente. Ambas participaron ayer en Vitoria en un coloquio de unas jornadas bajo el título “La iglesia ante la violencia de ETA” organizada por la pastoral universitaria en colaboración con la UPV. Las dos compartieron mesa con los sacerdotes y teólogos Félix Placer y Ángel María Unzueta. Fuertes relató sus inicios al frente de Gesto por la Paz en 1986 y aseguró que frente a ETA la “sociedad vasca fue en su mayoría cobarde” pero “más cobarde” fue la jerarquía de la iglesia, le faltaba “valentía”. Recordó que cuando los siete fundadores de Gesto por la Paz fueron a pedir ayuda al entonces obispo de Bilbao Luis María Larrea para la primera manifestación de este colectivo en 1988 recibieron de él “tres noes”.

También contó que en su andadura en Gesto por la Paz se entrevistó con numerosas víctimas del terrorismo y ninguna le dijo “haber recibido apoyo de la iglesia-jerarquía” y el “consuelo que merecían”. Fuertes citó la “indiferencia” del obispo emérito de San Sebastián José María Setién ante los concentrados que pedían la libertad del empresario José María Aldaya secuestrado por la banda y la “escasa” ayuda que la Iglesia dio a un sacerdote de Maruri que fue amenazado por ETA y tuvo que llevar escolta.

Aramburo reconoció también que ha existido una “iglesia-institución que a veces ha sido muy fría e ignorante con el sufrimiento” de las víctimas. Defendió una iglesia universal frente a una “iglesia nacional y nacionalista”. La exalcaldesa de Burlada añadió que el dolor generado por ETA hay que digerirlo muy despacio y que “no basta” un comunicado como el de los obispos vascos tras el fin de la banda, que en su opinión, fue “un poco equidistante y apresurado”.

El sacerdote y miembro de Herria 2000 Eliza Félix Placer recordó que su colectivo ha apoyado la importancia de los “derechos colectivos de Euskal Herria, su autodeterminación y territorialidad” como la “mejor respuesta” ante la violencia de ETA y al “conflicto en general”.

Defendió el derecho a la verdad de todas la víctimas, desde las de la dictadura franquista a las de ETA, pasando por las de grupos parapoliciales y también los presos de la banda terrorista, que, dijo, viven una “situación de excepción” debido a la política penitenciaria actual.

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