La reciente Jornada de Reflexión sobre el espacio y entorno del edificio de Los Caídos, organizada por el Ayuntamiento de Pamplona, como paso previo a la convocatoria de un concurso internacional de ideas sobre su futuro, ha puesto de relieve, a través de la opinión de diversos expertos, que es preferible la transformación y nuevo uso del conjunto arquitectónico. Coincidimos plenamente con esta apreciación, como ya lo expresamos en sendos comunicados de enero y marzo de 2017.
En primer lugar por considerar de indudable valor dicho conjunto, no sólo por su arquitectura como tal y por su ornato interior, sino por su valor urbanístico que ordena el Segundo Ensanche de Pamplona con un referente articulador de los espacios. Esta no es una apreciación subjetiva, sino que se basa en la colaboración de cuatro académicos en la ejecución de su proyecto (Yárnoz, Eúsa, Stolz y Adsuara), cuestión que ya valoró positivamente la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando cuando en 1986 recomendó al Ayuntamiento de Pamplona preservar y mantener este Monumento, de lo que se infirió que, en 2002, cuando el municipio realizó el Catálogo del Patrimonio Histórico-Artístico lo integró con protección de Nivel 2, asignado a los bienes inmuebles de especial valor arquitectónico, decisión confirmada por el Gobierno de Navarra al hacer lo propio catalogándolo como Patrimonio Cultural.
Defendemos, por tanto, la total preservación del conjunto arquitectónico, incluida su cúpula, que algunos ponentes de la Jornada de Reflexión propusieron eliminar, ya que su exclusión afectaría a la integridad del conjunto mutilándolo de forma que desmerecería de su proyecto original, que ahora quedaría menoscabado hasta el punto de no representar ya un testimonio de la arquitectura de su tiempo. La desaparición de la cúpula conllevaría la supresión de los importantes frescos de Ramón Stolz y, aunque se trasladasen a precio de altísimo coste, éstos perderían su valor estructural. Recordemos por su singularidad importantes edificios civiles dotados cúpula, como el Panteón de Agripa y el Capitolio de Washington, y, en España, los templos cristianos de San Francisco el Grande, en Madrid, y la cercana Basílica de Loyola, en Azpeitia (Gipuzkoa), sin olvidar las excepcionales cúpulas de las Catedrales de Florencia y del Vaticano, o el Mausoleo de Santa Constanza, también en Roma, en los que su cúpula les aporta un valor intrínseco.
En segundo lugar, este edificio, con una transformación y nuevo uso, si se destinase a Museo de la Ciudad -aspecto que proponemos a instituciones y ciudadanía- contribuiría a evitar reivindicaciones políticas que ya han hallado su cauce por otras vías y llenaría un espacio destinado a musealizar testimonios del pasado, incluso del presente, de la historia de Pamplona/Iruña, en los que podríamos reconocernos como la sociedad plural que somos, rindiendo además un buen servicio a la Cultura.
Con respecto al concurso internacional convocado para aportar ideas acerca del futuro de este espacio, instamos al Ayuntamiento a eliminar de sus bases la posibilidad de la demolición de este conjunto arquitectónico, finalidad excluida de las condiciones de uso en la cesión del edificio por parte del Arzobispado, y a expresar claramente el fin del concurso, que es el uso al que podría destinarse el Monumento, cuya definición es responsabilidad directa del Ayuntamiento, pues, de lo contrario, los participantes en él podrían llegar a proponer proyectos irrealizables o carentes de sentido, premiados además por el erario público.
Constatamos una falta de comunicación entre las instituciones concernidas -Ayuntamiento de Pamplona, Gobierno de Navarra (Institución Príncipe de Viana), Arzobispado- y entidades educativo-culturales de nuestra Comunidad Foral y del Estado, que nos parece alarmante por la falta de participación y ausencia de consenso social en un tema tan relevante como éste, que se ha confiado a la participación ciudadana en exclusiva. Insistimos en que es obligación del Ayuntamiento de Pamplona, propietario del Monumento y responsable de su destino, buscar el mayor consenso posible en tema tan delicado como éste.
Finalmente, reiteramos nuestra disposición a colaborar con las instituciones en esta materia y asimismo invitamos a la sociedad navarra a sumarse a nuestra propuesta.
Comunicado de la Plataforma por un Museo de la Ciudad en el Monumento de los Caídos
Joaquín Ansorena, escritor; Víctor Manuel Arbeloa, escritor e historiador; Francisco Galán, ingeniero; Mercedes Galán, historiadora del Derecho; Miguel Iturralde, ingeniero; Pablo Larraz, médico; Juan José Martinena, doctor en Historia; Francisco Monente, arquitecto; José María Muruzábal, doctor en Historia del Arte; Luis Eduardo Oslé, doctor en Historia; Antonio Purroy, ingeniero; José León Taberna, empresario; Javier Torrens, arquitecto; José Javier Viñes, médico; Francisco Javier Zubiaur, museólogo.