El fin no justifica los medios

El fin no justifica los medios

Finalmente el juez ha decidido suspender cautelarmente la reorganización de las Escuelas Infantiles Municipales impulsada por el Ayuntamiento de Pamplona.

El colectivo de padres afectados por esta medida queremos expresar nuestro agradecimiento por la decisión judicial. También queremos expresar nuestra comprensión por aquellos padres y madres que, queriendo elegir una enseñanza en euskera para sus hijos, han visto sus esperanzas defraudadas. Lamentamos que hayan puesto sus esperanzas en un ejecutivo municipal chapucero, que no ha comprendido que el fin no justifica los medios.

La decisión afecta a todos aquellos padres y madres con hijos entre 0 y 3 años. La reorganización expulsó de las Escuelas Infantiles afectadas a muchas familias que no estaban de acuerdo con el cambio y abandonaron la enseñanza pública. La suspensión deja en vilo a aquellas familias que vieron una oportunidad de matricular a sus hijos en euskera en los centros afectados. También afecta a todos aquellos padres y madres de barrios como Mendebaldea y Azpilagaña que han visto imposible acceder a las Escuelas Infantiles de sus barrios ante la avalancha de familias de barrios aledaños. Eso por no hablar de los que no se han preinscrito en las Escuelas Infantiles públicas al ver el esperpento protagonizado por el Ayuntamiento. Un problema que tiene su origen en la insuficiente oferta de unas 1500 plazas de Escuelas Infantiles públicas para una población de aproximadamente 9000 niños y niñas de 0 a 3 años.

Volvemos a empezar de cero para tratar de construir un sistema educativo en el ciclo de 0 a 3 años en el que quepamos todos. Volvemos a la casilla de salida pero con los ánimos muy caldeados, con un ambiente enrarecido una sociedad dividida. Porque recordemos que en Navarra no hay dos sociedades, sino una sola. Los padres y madres que queremos educación en euskera y en castellano somos también amigos, compañeros de trabajo, vecinos…, en definitiva conciudadanos.

La raíz del problema reside en que unos recursos públicos insuficientes tratan de asignarse con criterios lingüísticos en vez de con criterios económicos o de cercanía. Empeñarse en ofertar plazas “en castellano” o “en euskera” en vez de ofertar simplemente plazas. Una vez matriculados los alumnos, con un poco de organización se pueden hacer grupos de euskera y de castellano, actividades en inglés u otras lenguas extranjeras. Es una cuestión de organización de los centros; no de bronca política. Un buen ejemplo fue durante muchos años la Escuela Infantil Municipal de Burlada, que otro ejecutivo Municipal se empeña también en destruir.

Por eso el Ayuntamiento haría bien en utilizar el dinero del contribuyente en diseñar en condiciones una organización de la educación de 0 a 3 años, con la vista puesta en el medio y largo plazo. Para esto debe contar tanto con los partidos de la oposición, como con las asociaciones de padres y madres que demandan educación en castellano y en euskera, así como las que impulsan las actividades en inglés y otras lenguas extranjeras. Y por supuesto, con los profesionales de la educación, que son los que conocen de primera mano las necesidades del sistema educativo.
Por último, tanto este ejecutivo municipal como los que vengan con diferente color político deben entender que no gobiernan una sociedad adormecida y mansa. La sociedad civil los vigila y no va a permitir más chapuzas y atropellos como este.

Javier Induráin, miembro de la APYMA de la Escuela Infantil Donibane, en representación de las 62 familias recurrentes.

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