El valor de la concordia

El valor de la concordia

El Estado constitucional español atraviesa una crisis política e institucional sin precedentes. En este contexto es imprescindible la participación activa de los ciudadanos para superar la situación. No basta con denunciar los errores y los abusos de todo tipo que padecemos, sino que es preciso aportar soluciones. Sobre los partidos políticos recae la principal responsabilidad en la superación de la crisis y son el instrumento fundamental para la participación política de los ciudadanos. Pero la sociedad puede canalizar también sus inquietudes a través de asociaciones transversales que integren a personas de diferentes ideologías unidas por algunos principios comunes.

Ese es el motivo que explica la creación de Sociedad Civil Navarra. Su principio fundamental es la concordia. En Navarra algunos partidos han contribuido –y contribuyen- a la polarización de la sociedad. Los discursos identitarios ponen en peligro la cohesión de la sociedad navarra. Por ello, el primer objetivo de SCN es combatir cualquier tipo de políticas frentistas. Para que la concordia en Navarra sea posible es preciso que el debate y la acción política giren en torno a los ciudadanos y a sus problemas, y que los partidos políticos y los poderes públicos dejen de lado los sentimientos identitarios de las personas. Por ello –en su manifiesto fundacional- SCN defiende que en Navarra existen 640.000 identidades distintas, tantas como ciudadanos. No corresponde a los poderes públicos definir qué es ser navarro y mucho menos, determinar quién es buen navarro y quién no.

Frente a las visiones esencialistas de Navarra propias del foralismo navarrista o del nacionalismo vasco, SCN sostiene que Navarra no es un conjunto de personas a la búsqueda de una pretendida identidad colectiva basada en la lengua, la cultura o la tradición histórica, sino el conjunto de ciudadanos que vivimos en Navarra y estamos unidos por los valores constitucionales, los grandes valores de libertad, igualdad y solidaridad provenientes de la Ilustración. No es misión de los poderes públicos fomentar moldes identitarios que sólo sirven para restringir de forma ilegítima el ejercicio de los derechos fundamentales basados en dichos valores. Toda sociedad libre es plural y nunca homogénea.

Precisamente por ello, el otro gran principio inspirador de SCN es la defensa de la Constitución española, la Constitución que permitió que la concordia en España fuera posible y que ha garantizado el mayor periodo de libertad y prosperidad de nuestra historia, así como la modernización y el progreso económico, social y cultural de nuestra sociedad. Ahora bien, en su manifiesto fundacional, SCN advierte que la Constitución puede y debe ser reformada en muchos aspectos para que haga frente a los nuevos retos del siglo XXI. La experiencia histórica confirma que las Constituciones que no se reforman perecen. La mejor forma de defender la Constitución es acometiendo su necesaria reforma. Frente al inmovilismo de ciertos partidos y el rupturismo de otros, SCN defiende la necesidad de llevar a cabo una regeneración profunda de nuestro sistema político, y de proceder a una reforma del Texto Constitucional.

La defensa del valor de la concordia y de la Constitución y de la necesidad de su reforma, son, por tanto, los principios fundamentales de SCN. Esos principios le llevarán a combatir el sectarismo, el frentismo, los proyectos rupturistas, el inmovilismo y el nacionalismo identitario excluyente, sea el que sea, vasco, catalán o español (el de Sortu, el de Mas, o el de ciertos sectores de la derecha radical). Ese combate se librará con argumentos y con razones que obviamente serán juzgados por su rigor, coherencia y solvencia.

SCN nace desde el convencimiento de que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa, y de que una sociedad libre nunca es homogénea sino que es plural. Y surge con la voluntad de contribuir al progreso de los ciudadanos en una Navarra abierta, ilustrada, tolerante y laica en el pleno sentido del término, es decir, también en lo identitario. La identidad es un asunto privado y no puede ser el eje de la vida política. Las identidades colectivas cerradas son una amenaza para la libertad individual, conducen inexorablemente al enfrentamiento de unas con otras y son por ello incompatibles con la idea de concordia.

Finalmente, y como consecuencia de lo anterior, el tercer y último rasgo definitorio de SCN, junto con su defensa de la concordia y de la Constitución es su europeísmo, es decir, su defensa de la profundización del proceso de integración europea. Proceso que ha puesto fin a una trágica historia de guerras civiles europeas causadas por los nacionalismos de los diversos Estados y que ha hecho posible también que, en Europa, la concordia sea posible.

Javier Tajadura Tejada

es Profesor de Derecho Constitucional de la UPV y miembro de Sociedad Civil Navarra.

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