El viernes pasado fui a ver un concierto en directo al bar okey de Pamplona, uno de los pocos lugares que surgen entre la escasa oferta musical de la ciudad. Es curioso que en un lugar tan rico culturalmente como Navarra existan pocos espacios para disfrutar de esa gran cultura que es la música. La capital navarra lleva años teniendo unos magníficos artistas que van brotando pero son repudiados y obligados a trasladarse a otras comunidades autónomas para enriquecer al resto de la sociedad de sonidos nuevos, desconocidos e inexplorados.
¿Cómo podemos dar la espalda a estos grandes artistas? Si no fuera ya poco con el aumento del IVA cultural al 21%, no se les brinda la gran oportunidad de poder tocar y culturizar a los ciudadanos navarros. Por otra parte, un porcentaje considerable de la comunidad navarra está demandando en un silencio cada vez más sonoro lugares donde descubrir nuevas experiencias culturales, es decir, musicales. No pretendo con esto desanimar a los ciudadanos y mucho menos a los empresarios y artistas, solo quiero animarlos, podemos crear algo bellísimo en Pamplona. Esta ciudad puede convertirse en la nueva capital musical de España, tan solo debemos ponernos a trabajar en ello y todos saldremos beneficiados: artistas, empresarios y espectadores.