La natalidad: cuestión de interés privado y público

La natalidad: cuestión de interés privado y público

Hasta la fecha, el problema de la natalidad no lo considerábamos como algo propio, sino como un problema que afectaba a otros, en concreto a los países del norte de Europa. No obstante desde hace unos años, las alarmas han comenzado a sonar en toda Europa.

Una sociedad solo puede reemplazar a su población total si el número medio de hijos por mujer supera 2,1. Si esto no ocurre durante períodos prolongados, habrá dos consecuencias problemáticas: la población envejecerá (y esto significa, naturalmente, que un número cada vez menor de jóvenes tendrá que cuidar a un grupo cada vez más numeroso de gente mayor) y la población total se reducirá.

En España la tasa de fecundidad se sitúa en 1,35 niños por mujer, y en Navarra se sitúa en 1,46, lo que se traduce a medio plazo en que habrá muchas personas mayores, poca gente que les pueda cuidar y muy poca gente en edad de trabajar, o lo que es lo mismo: el sistema de pensiones, residencias, y ayudas a la dependencia no podrá abarcar la demanda.

De lo señalado resulta por lo tanto obvio, que es una cuestión de interés público incentivar la natalidad y que por lo tanto, se debe esperar de nuestros gobernantes que adopten medidas que la favorezcan.

Pero el problema de la natalidad es también una cuestión de interés privado, por ser una cuestión que afecta al bienestar personal: para la mayoría de la sociedad tener hijos es uno de los ingredientes fundamentales en la búsqueda del bienestar y la satisfacción vital. Los datos que recoge el Eurobarómetro en 2011 confirman que el ideal de los dos hijos está muy consolidada en todos los países europeos. En España, el número ideal de hijos se sitúa en 2,13, el número previsto en 1,91 y el número real es de 1,22. Es decir, hay un desajuste entre lo que deseamos y lo que tenemos.

Tenemos por lo tanto la evidencia de que los intereses públicos y privados son coincidentes. Y entonces, ¿porqué desde el punto de vista del interés privado no se tienen los hijos deseados? En un interesante estudio de la Caixa “El déficit de la natalidad en Europa. La singularidad del caso español” (2013) se señalan como principales causas que han provocado en España ese descenso de la natalidad las siguientes:

Poco apoyo a las mujeres que trabajan: ausencia de flexibilidad laboral. (Habría que puntualizar que la falta de apoyo es para ambos progenitores)
La precariedad laboral: contratos temporales, de baja calidad y duración
Las altas tasas de desempleo no propician la decisión de aumentar la familia
Necesidad de mayores políticas de igualdad de género que permitan la adaptación de los padres al nuevo rol de la mujer, y del papel que ellos ocupan ahora.

Y ¿qué medidas ha adoptado el actual Gobierno de Navarra para atajar dichas causas? Por el momento ninguna, más bien al contrario, las medidas adoptadas hasta la fecha están suponiendo un freno mayor, si cabe, a la natalidad:

A/ Reforma fiscal que penaliza de manera más acusada a las familias con dos o más hijos. Pongamos un ejemplo concreto: una familia con dos hijos que tienen unos rendimientos brutos de 32.000 euros/año, hasta ahora paga de IRPF 4.626€. A partir de 2016 va a pagar 4.907 euros, es decir, 281 euros más. La reforma afecta a rentas a partir de 20.800 euros.

B/ Reforma fiscal que disminuye las deducciones por planes de pensiones que garanticen nuestra vejez. ¿No habría que promover en las familias planes privados o mixtos dado el peligro del sostenimiento del sistema de pensiones?

C/ Paralización del PAI, que procuraba la enseñanza del inglés con el consiguiente ahorro para las familias en formación en idiomas.

D/ Cambio repentino en Escuelas Infantiles que anteponen intereses políticos a intereses de los progenitores relativos a la conciliación

En conclusión: si no se abordan con éxito los problemas de la precariedad laboral, las desigualdades de género, los desequilibrios trabajo-familia, el pronóstico es simple: la tasa de fecundidad muy baja se mantendrá indefinidamente.

Solo si los costes y el cuidado de los hijos son compartidos entre la familia y el Estado, y también equitativamente entre ambos progenitores, es probable que la diferencia entre el número de hijos deseados y reales vaya reduciéndose y podremos solucionar un grave problema demográfico y de sostenimiento del estado del bienestar que ya tenemos encima.

Para ello el actual Gobierno cuenta con 127 medidas concretas surgidas de un proceso participativo y transparente elaborado por el anterior Gobierno y que les da algunas pistas de por donde pueden empezar. Medidas además que tienen en cuenta la perspectiva de género.

 

Teresa Nagore
Abogada, exdirectora Gerente del Instituto Navarro para la familia e Igualdad y miembro de Sociedad Civil Navarra

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