Y dale bola, son incansables. La obsesión por el euskera de los dos cuatripartitos que gobiernan Navarra y Pamplona no tiene límites. Hasta tal punto que están hartando a gran nº de navarros, navarros que miraban con cariño a la lengua vasca pero que ahora la empiezan a aborrecer, ¡qué torpes son estos gobernantes!
La gente no soporta que le impongan nada a la fuerza y más, si es una lengua muy difícil de aprender y que no tiene una utilidad práctica manifiesta. Ven por otra parte, que la administración navarra está sobrevalorándola para poder acceder a un puesto de trabajo de funcionario, con lo que hacen a la gente rehén del vascuence -sin olvidar el efecto llamada a las profesionales del País Vasco que conocen el euskera-. Está demostrado que no se aprende una lengua cuando te obligan a aprenderla.
Tampoco la gente está de acuerdo en que se gaste tanto dinero en su promoción y difusión cuando sigue habiendo tantas estrecheces económicas en muchas familias navarras. Ni por qué cambian toda la papelería oficial para poner el euskera por delante del castellano (español, fuera de España). Ni por qué tienen que cambiar los paneles de tráfico en las carreteras para seguir la misma norma que la papelería. Ni por qué se gasta tanto dinero público en anuncios institucionales en los medios de comunicación para promocionar el euskera. Ni por qué hay que disolver la zonificación del euskera, zonificación que parece totalmente razonable por el diferente uso del vascuence en las diferentes zonas de Navarra -de mucho a prácticamente nada- para extender el euskera por todo el territorio porque “todos los navarros tienen el derecho de aprender y de utilizar el euskera al margen del lugar donde vivan”, dicen. Ni por qué hay que dedicarle más que el doble del dinero de lo que se dedicaba al Instituto de Euskera, que ha subido a casi 7 millones de euros anuales, además de algo más de un millón de euros para acondicionar su nueva sede. Y lo que es más chocante, por qué hay muchos estudiantes que proceden del modelo D (euskera) que en la universidad pública se matriculan en los grupos de castellano en lugar de hacerlo en los de euskera. Este último hecho, ¿tendrá alguna relación con que hay mucho vascoparlante que prefiere utilizar el castellano al euskera en la vida ordinaria? ¿Estarán pensando en el futuro trabajo en el que no le van a exigir el euskera? Muchos chicos que aprenden euskera en las ikastolas o en el modelo D, lo olvidan porque no lo practican en la vida ordinaria después de abandonar el centro escolar. Así se podría explicar que menos del 7% de la población navarra utiliza el euskera cotidianamente.
Lo que parece que no saben los dos cuatripartitos que gobiernan Navarra y Pamplona, es que la gente no es tonta y saben que detrás de esta obsesión no está la defensa cultural del euskera, ni asegurar la comunicación en euskera allí donde no se habla, detrás está la creación de un espíritu vasquista que nos acerque de forma natural y sin sobresaltos a la realidad de Euzkadi hasta crear la gran entelequia de Euskalerría, Navarra incluida. No hay otro motivo, cualquier otra justificación es pura fantasía.
Y lo que es más grave, están consiguiendo dividir a la población navarra entre los que hablan euskera y los que no, entre los que defienden el euskera y los que no, entre los que se aprovechan del euskera y los que no. Agur.