Los romanos fueron los primeros divulgadores del etnónimo “vascones”. Aunque se sabe que los vascones nunca tuvieron una uniformidad racial propiamente dicha, ya que a los grupos humanos de tipo pirenaico-occidental se añadieron los tipos mediterráneos, los centroeuropeos (Hierro I) y los aportes ibéricos y celtibéricos del Hierro II. Las fuentes escritas y epigráficas romanas (inscripciones en piedra) también desmienten una supuesta organizada y generalizada resistencia vascona frente al avance del Imperio Romano.
La primera fuente escrita romana que habla de los vascones se encuentra en la obra de Tito Livio. El historiador escribió el itinerario del general Sertorio que, en el marco de las guerras sertorianas en el año 76 a.C. remontó el río Ebro, destruyó los campos y cosechas de cascantinos y gracurritanos y, una vez alcanzada Calahorra -Calagurris- relató como también había atravesado el vasconum agrum y había acampado junto a los berones.
Será el geográfo Estrabón quien ofrezca los datos más significativos sobre la localización de los vascones y sus costumbres. Mencionó las ciudades de Ilerda y Osca, que junto con Calagurris “ciudad de los vascones” se mantuvieron fieles a Sertorio. Además señaló una vía que partía desde Tarraco (Tarragona) hasta los vascones del borde del mar por Pompelon (Pamplona) y Oisason (Oyarzun). Describió también la vecindad de los vascones con los jacetanos y la importancia de Pompelon como ciudad vascona.
Plinio (23-79 d.C.) citó en diversas ocasiones a los vascones al describir una parte del Pirineo y habló su estatuto jurídico estipendario con los Pompelonenses. Posteriormente el geógrafo Ptolomeo preparó una relación de ciudades vasconas y el poeta Silio Itálico (25-101 a.C.) citó de nuevo la participación de los vascones en las guerras púnicas integrados en el ejército de Aníbal que había atravesado el Trasimeno para luego luchar en las famosas batallas de Trasimeno y Cannas.
Finalmente Tácito nos habló de las cohortes de vascones reclutadas por el emperador Galba en el año 69 con motivo de su sublevación contra Nerón. También fue conocida la existencia de un Praefectus de la Cohors II Vasconum, como así lo atestiguaron las dos inscripciones encontradas en Sevilla y Nimes, sin olvidar la tabla de bronce de Ausculum (Ascoli) en la que se concedía la ciudadanía romana a un escuadrón de treinta jinetes hispanos, algunos de ellos vascones.