Contra todo pronostico, el Castrismo sobrevive hoy en Cuba y no parece que la muerte de Fidel Castro vaya a suponer ningún cambio sustancial.
Parte de la extraordinaria longevidad de la revolución castrista se debe a la tradicional hostilidad hacia Estados Unidos, que ocupó la isla entre 1898 y 1902 y en varias ocasiones posteriores. El arma que ha utilizado Estados Unidos contra Castro desde los primeros días de la revolución -el embargo económico-ha contribuido a garantizar su existencia, ya que la mayoría de los cubanos rechaza las ambiciones anexionistas de los norteamericanos. Cuba no quiere ser ocupada por Miami.
La génesis de la revolución de Castro tuvo sus raíces en la crisis política y económica que afectaba a la isla a principios de la década de 1950. Un sistema político corrupto y una economía fallida propiciaron que los primeros en moverse fueran los militares. Fulgencio Batista aceptó ser la cabeza visible del golpe militar y el Gobierno civil cayó sin apenas ruido. Sin embargo, Batista no había tenido en cuenta a Fidel Castro, que acababa de graduarse en derecho en la Universidad de La Habana.
Castro, hijo de un rico propietario español de orígenes gallegos, había participado siendo estudiante de leyes en la marcha a Santo Domingo y había formado parte de un fallido complot contra Trujillo. A consecuencia de esta acción, tuvo que exiliarse en México en 1947. Fidel Castro se reveló como un tipo carismático, con una maravillosa capacidad para la oratoria y una inteligencia política superior a la de Batista.
El 26 de julio de 1953 lideró el asalto al Cuartel de Moncada, en el que también participan su hermano Raúl y Abel Santamaría. El ataque fracasó y fue condenado a 15 años de prisión que nunca cumplió: se defendió a sí mismo ante el tribunal con el célebre discurso épico -“La historia me absolverá”-. En 1955 fue amnistiado y residió unos meses en Nueva York, antes de trasladarse a México, donde fundó el llamado Movimiento 26 de julio y reorganizó sus fuerzas con ayuda de Alberto Bayo, un militar republicano español.
El 2 de diciembre de 1956, al frente de 80 hombres, el futuro dictador desembarcó en el yate Granma, en la provincia de Oriente. Desde allí se adentró en la Sierra Maestra e inició una guerra de guerrillas que duró dos años y dejó un impacto duradero en el curso de la revolución. La imagen de los bandidos de la Sierra que robaban a los ricos para dárselo a los pobres, junto con el indudable atractivo de los jóvenes revolucionarios armados del propio Castro y del médico argentino Ernesto Che Guevara, le dieron a la revolución un aura de romanticismo que pronto contagió a la izquierda europea, de París a Roma pasando por Londres y Madrid.
En 1958, gracias al creciente número de campesinos que se suman al Movimiento 26 de julio y al apoyo también de la resistencia urbana, la guerra se extendió a otros frentes. Camilo Cienfuegos y el Che Guevara dirigieron las fuerzas del frente occidental. En diciembre de ese año, Castro ocupó Santiago, Cienfuegos y conquistó la provincia de Las Villas.
El 1 de enero de 1959, Batista se ve obligado a huir del país. El 8 de enero Castro entra en La Habana y el 15 de febrero se hace con el poder como primer ministro. Finalmente, el 2 de septiembre de 1960, Fidel Castro proclama, en la llamada Primera Declaración de la Habana, la soberanía de Cuba frente a las injerencias de EEUU y establece relaciones con los países socialistas. Es el comienzo de una de las dictaduras más longevas de la historia.