La pasada semana se conoció la paralización cautelar del cambio a euskera de las escuelas infantiles de Pamplona que había iniciado el Ayuntamiento de Pamplona gobernado por Bildu. El juez reconoce que este cambio de castellano a euskera ha sido una imposición. Y la clave de este problema ha sido y es la imposición sobre las familias y profesores de estas escuelas.
Veremos en qué queda este grave problema que afecta a más de 1.000 familias. Es una gran decepción que los tribunales tengan que intervenir en una decisión del ámbito educativo, tan importante y delicado para nuestra sociedad.
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