La placa que da nombre al espacio que sirve de antesala del Auditorio Palacio de Congresos, Baluarte, ha sido descubierta poco antes del mediodía de este lunes 24 de Enero por el alcalde de Pamplona, Enrique Maya y por el presidente de Sociedad Civil Navarra, Eduardo López Dóriga. Al acto han acudido el vicepresidente del Gobierno, Javier Remirez, el Delegado del Gobierno, José Luis Arasti, y dirigentes de partidos constitucionalistas así como representantes de cuerpos policiales y fuerzas de seguridad del Estado.
La iniciativa de dedicar a la Constitución un espacio público en Pamplona nació de Sociedad Civil Navarra y ha sido acogida favorablemente por el alcalde Enrique Maya, quien ha destacado en su intervención, ante cerca de un centenar de personas, que el objetivo ha sido rendir un homenaje al “espíritu de la Transición” que preservó la convivencia entre diferentes y protege los derechos y las libertades de todos los ciudadanos.
Por su parte el presidente de Sociedad Civil Navarra, Eduardo López Dóriga ha dicho que «hoy más que nunca se hace necesaria la vuelta al consenso que nos caracterizó en la Transición». Lopéz Dóriga ha hecho referencia también a las Victimas del Terrorismo cuyo monumento en su recuerdo se ubica en la Plaza de la Constitución.
A continuación recogemos los discursos de este acto.
Discurso del alcalde don Enrique Maya:
Como saben, les hemos convocado hoy en este lugar, porque esta céntrica plaza de Pamplona (hasta ahora plaza del Baluarte) pasa a llamarse plaza de la Constitución, como homenaje a la Carta Magna española de 1978. De hecho, al término de las intervenciones descubriremos una placa con la nueva denominación.
Son muchas, muchísimas, las ciudades de la geografía nacional que cuentan con una plaza o una calle dedicada a la Constitución. Son los casos de Madrid, Sevilla, A Coruña, Valencia, Zaragoza, Logroño, Valladolid, Toledo, San Sebastián, Vigo, Jaén, Málaga, Cádiz, Almería, Albacete o Ceuta, por citar algunos. Desde hoy, Pamplona se une a esa amplia lista.
Curiosamente, Pamplona ha tenido en tres ocasiones a lo largo de la historia una plaza de la Constitución. Ocurrió en el siglo XIX, cuando en 1820, 1836 y 1873 se decidió poner ese nombre a la actual plaza del Castillo. Evidentemente, se referían a otras constituciones y no a la actual, que como todos sabemos es del año 1978.
Con esta denominación se pretende reconocer la Cata Magna y también el llamado “espíritu de la Transición democrática”. España transitó de la dictadura franquista a la democracia y lo hizo de modo ejemplar, a pesar de las dificultades. Nuestro país se dotó de una Constitución que preservó -y sigue preservando- la convivencia entre diferentes y, sobre todo, que protege los derechos y las libertades de todos los ciudadanos. Una transición, por cierto, muy alabada tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
Por todo esto, quiero agradecer a Sociedad Civil Navarra -representada por su presidente, Eduardo López-Dóriga- su iniciativa de llamar así a esta plaza.
Yo no he hecho más que recoger su propuesta, trasladarla a la Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Pamplona y llevarla adelante.
Porque la verdad es que uno lee el Preámbulo de la Constitución y, a pesar de que han transcurrido ya 44 años desde su elaboración, sigue teniendo absoluta vigencia. Dice así:
“La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:
Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo.
Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular.
Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.
Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida.
Establecer una sociedad democrática avanzada, y
Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra”.
Ahí lo dejo, con una reflexión: ¡Qué bien nos vendría recuperar aquel espíritu de la Transición, que generó la Constitución de 1978!
Muchas gracias.
Discurso de Eduardo López Dóriga, presidente de Sociedad Civil Navarra:
En primer lugar, desde Sociedad Civil Navarra queremos agradecer al Alcalde y al resto de miembros de la Corporación Municipal, haber accedido a nuestra solicitud, que ya expresó tiempo atrás la anterior Junta de nuestra asociación, a la que también quiero agradecer su trabajo y dedicación.
Desde Sociedad Civil Navarra nos sentimos particularmente orgullosos de que esta plaza vaya a llamarse Plaza de la Constitución, puesto que la defensa de los valores constitucionales es uno de los ejes y objetivos de nuestra asociación desde su nacimiento.
El nombre de Plaza de la Constitución no es algo ajeno ni a muchas otras ciudades de España, ni a la historia de la propia Pamplona como argumentamos en nuestro escrito de solicitud, gracias a las aportaciones de los historiadores Pedro del Guayo y Juan José Martinena que amablemente nos ayudaron.
Gracias a ellos supimos también que aquí se hallaba el Baluarte de San Antón y el cuartel de infantería “General Moriones”, que defendieron a los ciudadanos de Pamplona durante su historia.
Por ello, consideramos muy apropiado unir el recuerdo del Baluarte como bastión, defensa y amparo de Pamplona, con el nombre de nuestra Constitución de 1978, protectora de nuestros derechos y libertades desde hace más de 43 años.
Nuestra Carta Magna fue apoyada por aproximadamente el 90 % de los españoles, gracias a la generosidad de unos políticos que antepusieron a sus diferencias la reconciliación y la concordia, en un ejemplo de tolerancia y transversalidad política que dejaba atrás décadas de enfrentamiento entre las dos Españas, para encarar un futuro común como una nación moderna y equiparable a las del resto de Europa. Esa Europa a cuyo futuro nos sentimos profundamente unidos desde SCN.
Lamentablemente, la proliferación de discursos guerracivilistas y deslegitimadores de nuestra Constitución, así como las actuaciones irresponsables contrarias a nuestra indisoluble unidad y a nuestro ordenamiento jurídico, hacen más necesario que nunca la presencia de voces y símbolos que nos lleven de vuelta a ese consenso que nos caracterizó en la Transición para recuperar la senda del verdadero progreso.
Pero es que, además, en mitad de esta plaza se halla el monumento a las víctimas del terrorismo, que fueron ese escudo humano que nos protegió a todos frente a unos asesinos que tenían como verdadero objetivo destruir nuestra Constitución, garante de nuestro sistema democrático, por medio del crimen y la extorsión.
Así pues, llamar a este espacio Plaza de la Constitución supone también unir en un homenaje a nuestra Carta Magna con sus más destacados héroes y defensores, las víctimas del terrorismo, a las que no debemos nunca olvidar.
Como cada año a mediados de febrero las recordaremos junto con otras asociaciones aquí mismo, conmemorando la declaración institucional del Parlamento de Navarra, también colindante en esta plaza, que en el año 2015 concitó el consenso entre las formaciones constitucionalistas.
Pero la Constitución, como los baluartes, no se defiende sola, y necesita una sociedad civil fuerte y comprometida con los valores de libertad, consenso y solidaridad.
Desde Sociedad Civil Navarra seguiremos trabajando en ese empeño.
Muchas gracias.