SCN estuvo presente en la gran manifestación del 8 de Octubre organizada por Sociedad Civil Catalana (SCC) en Barcelona, con un grupo de unas 100 personas que se desplazaron en autobuses desde Navarra coordinados por nuestra Junta Directiva.
La participación fue masiva y SCC la estimó en unos 300.000 manifestantes que corearon «No en mi nombre» contra una posible concesión de la amnistía para los condenados, encausados y prófugos por el proceso secesionista de 2017, y contra un no menos ilegal referéndum de autodeterminación.
Los discursos de Teresa Freixes (catedrática de Derecho Constitucional), Paco Vázquez (ex-alcalde de La Coruña), Elda Mata (presidenta de SCC) y Alex Ramos (vicepresidente de SCC) incidieron en la inconstitucionalidad de ambas medidas con las que Pedro Sánchez quiere contentar a sus socios secesionistas, exclusivamente para mantenerse en el poder.
Multitud de asistentes aplaudieron y mostraron su cariño a la delegación navarra por su enorme esfuerzo para acudir a esta importante cita en defensa de nuestra Constitución y de nuestro Estado de Derecho.





Discurso de Teresa Freixes, 08-10-2023
Bon día a tot hom
Buenos días, Resistencia
Otra vez nos encontramos aquí, como hace 6 años, para defender la Constitución, el Estado de Derecho, la Democracia y nuestros derechos ciudadanos
La situación que estamos viviendo es mucho peor de lo que quieren aparentar.
Se subvierte el lenguaje, llamando generosidad a la injusticia, desactivación del enfrentamiento al chantaje continuo, convivencia a la paz de los cementerios y lo que es peor, esa nefasta alianza entre secesionismo y populismo debería dar vergüenza a quienes la apoyan, por situarse en ese lado de la Historia.
Quieren que nos creamos que todo va a mejorar con una ley a la que parece que quieren llamar de concordia, pero que en realidad es de discordia, porque va dirigida lisa y llanamente a una infame compra de votos para una investidura cuyo objetivo es la perpetuación de unos cuantos en el poder.
Nos dicen que con esa alianza mal llamada progresista, que de progreso no tiene nada, se restablecerá la concordia. Esa Ley de discordia convertirá a los golpistas en patriotas y a nosotros en ciudadanos marginales. No somos ignorantes, no nos creemos cualquier cosa.
Somos muchos y diversos, afortunadamente. Representamos todo el espectro político de dignidad y afirmación constitucional, de Norte a Sur y de Este a Oeste. Nos queremos tal como somos y así nos defendemos, con nuestras propias características y con nuestros hermosos mestizajes.
¿Por qué no queremos esa ley de discordia?
Porque crea inseguridad jurídica. Va a facilitar que «ho tornem a fer».
Porque significa renegar de la Transición a la Democracia,
porque rompe con la igualdad entre españoles,
porque no cierra ningún conflicto armado, ni puede legitimar ningún cambio de régimen;
porque es una burla al Estado de Derecho, a las sentencias judiciales, y al imperio de la Ley;
porque nadie la ha autorizado con su voto, ningún partido no secesionista la llevaba en su programa electoral.
Tampoco queremos la autodeterminación.
¿Por qué no queremos la autodeterminación?
Porque no somos una colonia. Ya nos autodeterminamos al aprobar la Constitución de 1978 en un referendum nacional.
Porque una parte de la población de España no puede decidir por el conjunto de la Nación;
porque es un torpedo en la línea de flotación de la Unión Europea; porque quienes la promueven solo velan por sus intereses económicos y políticos,
porque ello reforzaría el supremacismo y la exclusión.
Llevamos décadas haciendo cesiones al nacionalismo, no solo en Cataluña. Otros ciudadanos de otras Comunidades Autónomas de van a ver en la misma tesitura. En el País Vasco, en una Navarra amenazada por ser engullida por los radicales. Cataluña es el conejillo de Indias. Si se aprueba la ley de discordia y se autoriza la consulta de disgregación, las fichas del dominó, irán cayendo una a una.
Tenemos que ir más allá de construir un memorial de agravios. Si no queremos amnistía, ni referendum…
¿Qué queremos?
Queremos ser ciudadanos libres e iguales, tal como dispone nuestra Constitución.
Queremos ser sujetos de la vida política con todas las garantías constitucionales.
Queremos construir una sociedad más justa y verdaderamente progresista, en la que todos quepamos.
Queremos que nuestra voz, la del constitucionalismo democrático, se oiga en Europa y en el mundo.
Queremos reforzar lo que nos une, no lo que nos separa.
Queremos que se desarrolle la Constitución volviendo al consenso que la alumbró.
Queremos que las lenguas sean instrumentos de comunicación, no de confrontación.
Queremos que se restaure el Estado de Derecho, que se cumplan las sentencias judiciales, que se respete la división de poderes y el imperio de la Ley.
Queremos una educación de calidad fundamentada realmente en los valores democráticos, los valores europeos y la solidaridad.
Queremos que los derechos sociales se hagan realmente efectivos, destinando a ellos los recursos que se están dilapidando, favoreciendo las políticas del secesionismo y la ingeniería social populista.
Queremos que cesen las políticas de enfrentamiento en las instituciones, que puedan volver a sus lugares, con todas las garantías, las personas que han tenido que abandonarlos por amenazas y presiones.
Queremos estar presentes en la construcción europea aportando nuestra experiencia en positivo, que la tenemos.
Hay tanto por hacer… Hay tanto por hacer que sólo podremos hacerlo si volvemos a unirnos como hicimos durante la Transición, con grandes acuerdos sobre los temas básicos.
Nuestra Constitución está fundada sobre el consenso, sobre el acuerdo. Hoy, desde la sociedad civil, reclamamos el regreso al consenso. Se lo reclamamos especialmente a los dos grandes partidos, pero no solo a ellos, son bienvenidos todos aquellos que se quieran añadir.
Es necesario abordar un futuro para todos, no solo para una parte de la ciudadanía, para que nuestros hijos y nietos no tengan que pasar por lo que nuestros padres y abuelos pasaron y por lo que ahora mismo estamos pasando nosotros.
Para construir un futuro en paz, en libertad, en igualdad, con respeto a la ley y fundamentado en la solidaridad.
Como nos dijo nuestro Rey, Felipe VI, hace 6 años, «no estamos solos», estamos juntos en la resistencia a lo absurdo y en la construcción de esa Cataluña, esa España y esa Europa que queremos.
Volvamos a ese camino que nunca debimos abandonar.
Tenemos instrumentos para ello y una ciudadanía ejemplar, aquí presente y en muchos otros puntos de España y de otros países, reclamando que la libertad, la igualdad, la justicia y el pluralismo político sean reales y efectivos.
Lo conseguiremos si cada uno, en su entorno, poniendo su granito de arena se compromete a ello, lo conseguiremos. Granito a granito se forma la duna. Seguimos!!
Visca Cataluña, viva España. viva Europa, viva el Rey.