Al menos 72 personas han muerto por el supuesto bombardeo químico ocurrido el martes en la localidad de Jan Shijún, en el norte de Siria, entre ellos 20 niños, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
El almacenamiento y potencial uso de armas químicas por parte del régimen sirio de Bachar el Asad salió a la luz en el verano de 2012, cuando éste amenazó con recurrir a ellas en caso de una intervención militar extranjera para frenar la represión contra los insurgentes que libran una revuelta popular desde 2011 y que después devino en una guerra civil.
La respuesta de EEUU no se hizo esperar y el Pentágono instó en julio de 2012 a Damasco a proteger este arsenal y a no utilizarlo, por la dimensión que podría alcanzar el conflicto, con la advertencia de que en caso contrario “tendría que rendir cuentas ante la comunidad internacional”, en palabras del presidente estadounidense, Barack Obama.
Siria vive una situación de guerra civil, derivada de la revolución social que estalló en marzo de 2011 en contra de Bachar el Asad, que se ha cobrado más de 100.000 muertos según la ONU, aunque de momento no se ha producido ninguna intervención militar -como ocurrió en Libia-, a causa de los vetos de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Pero hay que remontarse a 1971, cuando Siria emprendió un programa de producción de armas químicas con la ayuda de Egipto, poco después de la llegada al poder de Hafez el Asad y coincidiendo con su litigio con el vecino Israel, con quien mantiene un estado de guerra desde que le arrebató los estratégicos Altos del Golán en la Guerra de 1967.
A pesar de que Rusia lo niega, la Nuclear Threat Initiative (NTI), una entidad independiente que recoge datos “abiertos” (públicos) sobre las armas de destrucción masiva, señala en sus informes la ayuda que prestó Rusia a Siria, desde la década de los 90, e Irán a partir de 2005.
La ayuda por parte de Irán -aliado a su vez de la milicia libanesa Hizbulá en su lucha contra Israel- preocupa al estado hebreo, que teme que la eventual caída del régimen sirio provoque que el armamento no convencional, principalmente armas químicas, caiga en manos del grupo chií.
Por otro lado, la Asociación de Control de Armas y la CIA estadounidense coinciden en que Siria tiene almacenados gas mostaza, gas sarín y el agente nervioso VX, que podría introducir en misiles SCUD.
Asimismo, el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) señala que Siria posee cuatro plantas de almacenamiento y producción de armas químicas, en Safira, cerca de Alepo, Hama, Latakia y Homs.
Siria nunca firmó la Convención en contra de las Armas Químicas aprobada en París en 1993 que prohíbe su uso, producción y almacenamiento, y aunque Israel si la firmó no la ha ratificado.
El régimen de Damasco sólo ha firmado a lo largo de la historia la Convención de Armas Biológicas en 1972, si bien no la ha ratificado, y el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) que firmó en 1968 y ratificó en 1969.
El 21 de marzo de 2013 la ONU anunció una investigación formal sobre el posible uso de armas químicas en Siria, en respuesta a la petición del Gobierno de ese país.
Meses más tarde, en agosto, el régimen sirio se vio obligado a permitir una investigación sobre el supuesto ataque con armas químicas en la periferia de Damasco después de que la oposición denunciara que al menos 1.300 personas habían perdido la vida en un ataque con armas químicas en Guta Oriental y otras áreas en los alrededores de la capital, acusaciones que el régimen negó.
Finalmente en septiembre EEUU y Rusia sellaron un acuerdo para evitar una intervención militar estadounidense por lo que se estableció una misión conjunta entre la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) y la ONU para verificar el proceso de destrucción del arsenal.
En diciembre de 2013 expertos de la ONU detectaron un posible uso de armas químicas en cinco lugares de Siria entre ellos la zona del goutha donde estas armas fueron utilizadas en agosto de ese año.
En abril de 2017 el Observatorio Sirio de Derechos Humanos denunció la muerte de al menos 50 personas en un supuesto bombardeo químico en Jan Shijún, al sur de Idleb.
Noticia de EFE