Societat Civil Catalana asegura que es inaceptable que el gobierno de la Generalitat y los partidos secesionistas continúen actuando al margen de la ley. La presentación de la Ley de Transitoriedad Jurídica es un despropósito a nivel de derecho internacional que lo único que conseguirá, en el caso de que se apruebe fugazmente antes de la más que probable anulación por parte del Tribunal Constitucional, es generar más división entre los catalanes.
Se trata de una norma, por tanto, contraria a la convivencia y al espíritu de concordia que debería reinar en Cataluña, donde ya ha quedado demostrado en las últimas elecciones y sondeos que no hay pensamiento único. Aún así, el Ejecutivo catalán sigue empeñado en representar sólo a una parte de la ciudadanía y no a la mayoría de la sociedad catalana, y además lo hace apoyándose en la CUP, un partido político antisistema, antieuropeo y populista que se llegó a plantear no acudir a la manifestación contra el terrorismo celebrada el pasado sábado.
La Ley de Transitoriedad pretende, por otra parte, anular las inhabilitaciones de Artur Mas, Francesc Homs, Joana Ortega e Irene Rigau, por la consulta del 9N. Es decir, esta norma no sólo rompe con la legalidad vigente, sino que uno de sus objetivos es liberar a representantes políticos de sus respectivos procesos judiciales por haber cometido una ilegalidad.
Ante el escenario que se avecina, Societat Civil Catalana reclama al Estado que actúe con la máxima contundencia para que los planes secesionistas de la Generalitat no se lleguen a materializar y se acabe imponiendo lo que establece la Constitución y las leyes.
La entidad sostiene que el Gobierno del Estado debe proteger los derechos y libertades de los catalanes y ante esta tomadura de pelo a la democracia y al conjunto del pueblo catalán con más motivo.
En este sentido, Societat Civil Catalana reitera que la hoja de ruta secesionista impulsada por el Ejecutivo catalán no es la solución a la situación que se está viviendo en Cataluña, sino que agrava todavía más el problema y la asociación ha dejado claro, una vez más, que seguirá trabajando con el mismo empeño y motivación de siempre para lograr que se reconozca la realidad social que hay en Cataluña, en la que la mayoría de catalanes no son independentistas, no sólo en el resto de España sino en el conjunto de Europa.
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